Invertir en mercados financieros es una actividad que hoy está al alcance de cualquier persona gracias a las numerosas plataformas online que así lo permiten y al innumerable número de brókers y páginas especializadas que asisten al principiante y al profesional para que el trabajo sea lo más sencillo y menos riesgoso posible. Lo cierto es que no es necesario ser un operador de Wall Street para poder obtener ganancias interesantes en las bolsas de valores de todo el mundo, desde Tokio hasta Nueva york pasando por Buenos Aires o Madrid. De todos modos, el hecho es que quien se acerca hoy a este tipo de actividad financiera tiene que tener bien claro cuáles son los principales tipos de productos financieros en los que puede invertir y a partir de ello, escoger el que mejor se adapta a su tiempo de dedicación, a su capital de giro y a los niveles de riesgo que está dispuesto a hacer frente. A continuación presentamos algunos de los instrumentos financieros de inversión más comunes entre los traders de todo el mundo.
- Futuros: se trata de contratos estándar que definen el precio de un bien y una fecha de caducidad en la que hay que comprar determinado bien. El objetivo es obtener una ganancia mediante la diferencia de precio entre el momento de la estipulación del contrato y la fecha de caducidad indicada. A su vez, tenemos que los contratos sobre futuros son de varios tipos a saber:
a-Futuros sobre commodities: se trata de un contrato que se refiere a mercancias como los granos, el café, los metales preciosos o el petróleo entre otros. En este caso no solo se establece un precio de mercado, sino que también se toma en cuenta otros costos, como el costo de expedición, almacenaje o seguro de las mercancías por lo que todo esto debe ser tenido en cuenta al momento de invertir.
b-Futuros sobre divisas: se trata de contratos en los que se estipula la obligación de cambiar una divisa por otra en una fecha determinada. El objetivo principal de este tipo de futuros es el de reducir los riesgos relacionados con la fluctuación de una divisa, aunque también son usados con finalidades especulativas y de hecho muchos inversionistas en el mundo han movido los mercados con estas finalidades.
- Opciones binarias: Este tipo de inversión se le conoce también como opción todo o nada y desde este punto de vista por binario entendemos la posibilidad de dos opciones, las cuales son, o una ganancia o nada en absoluto. Cuando se invierte en opciones binarias se establece un tiempo determinado, que por lo general es corto, de algunos minutos a un máximo de 30 minutos por lo general. Las opciones binarias pueden ser aplicadas a cualquier tipo de mercado. Además, existe la posibilidad de invertir Over The Counter, es decir directamente con el emisor, sin utilizar una casa de bolsa o plataforma. Se trata de un tipo de inversión reciente que actualmente se encuentra regularizado en la mayor parte de los países.
- Swaps: Se trata de un instrumento de cobertura de riesgos que se presenta bajo forma de contrato a término, consensual, oneroso y aleatorio. Prácticamente un Swap es un intercambio de flujos de caja, ya sea de intereses, divisas o incluso commodities. Introducidos en 1981 por IBM, los Swaps son hoy algunos de los productos financieros más numerosos en todo el mundo, con un volumen de ventas superior a los 300 trillones de dólares. Los Swaps pueden ser usados para atenuar riesgos o bien para especular.
- Derivados: Se trata de instrumentos que dependen de otro activo y podemos poner de ejemplo los futuros sobre el oro: el oro es el activo denominado subyacente mientras que los futuros son los derivados de estos activos. Su objetivo principal es el de crear una oportunidad para minimizar riesgos de inversión. Entre las ventajas que ofrece encontramos por ejemplo las cantidades pequeñas que se requieren para invertir en derivados, con la eventual posibilidad de usar el instrumento de apalancamiento que puede convertir las ganancias en varios múltiplos de la inversión. Se puede invertir dentro de estas opciones, en lo que se conoce como derivado OTC (Over the Counter), es decir fuera de una bolsa o intermediario.